Por eso me atrevo a sorprenderos con este relato: Bidet en altar
No se piense el lector que es cosa de risa el título poco ortodoxo.
¿Irreverente? ¡Sugerente! De sobra es sabido lo que es un bidet, dónde se
enclava y cómo funciona. Pero, además, ¿quién no ha usado un bidet para otros
usos paralelos? Relajar los pies, remojar unos calcetines, cualquier delicada
prenda... ¿digo prenda? ¡la más íntima! Y entre tanto me sucedió que...
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