PILAR DEL CAMPO PUERTA
FELIZ DÍA DEL LIBRO 2015... y siguientes.
María me cuenta que ha asistido a una tertulia literaria.
- Me parece estupendo, le digo, porque es una forma de tomar contacto con la literatura de forma lúdica e instructiva a la vez.
- Fue de manera casual –continúa ella- Todo comenzó en el vestíbulo del Teatro Albéniz, durante el descanso de Tío Vania de Chejov, un grupo de personas hablaba de manera tan interesante que no pude frenar mi instinto curioso de escritora y capté entre su diálogo “tertulia literaria”. Entonces, con cierto pudor, pregunté al que percibí más predispuesto a atender a una desconocida, y desde entonces ya he participado un par de veces.
María me cuenta que ha asistido a una tertulia literaria.
- Me parece estupendo, le digo, porque es una forma de tomar contacto con la literatura de forma lúdica e instructiva a la vez.
- Fue de manera casual –continúa ella- Todo comenzó en el vestíbulo del Teatro Albéniz, durante el descanso de Tío Vania de Chejov, un grupo de personas hablaba de manera tan interesante que no pude frenar mi instinto curioso de escritora y capté entre su diálogo “tertulia literaria”. Entonces, con cierto pudor, pregunté al que percibí más predispuesto a atender a una desconocida, y desde entonces ya he participado un par de veces.
- Estupendo –le dije. Hay muchos autores que son partidarios de las
reuniones, aunque otros también se resisten, sus motivos tendrán.
“…El péndulo cumple su
vaivén instantáneo y otra vez me inserto en las categorías tranquilizadoras:
muñequito insignificante, novel, trascendente, muerte heroica. Los pongo en
fila de menor a mayor: muñequito, novela, heroísmo. Pienso en las jerarquías de
valores tan bien exploradas por Ortega, por Scheler: lo estético, lo ético, lo
religioso. Lo religioso, lo estético, lo ético. Lo ético, lo religioso, lo
estético. El muñequito, la novela. La muerte, el muñequito. La lengua de la
Maga me hace cosquillas. Rocamadour, la ética, el muñequito, la Maga. La
lengua, la cosquilla, la ética"
María había dado un paso hacia adelante. En mi
opinión, acudir a tertulias, en este caso literarias, es una actividad
interesante. Como no es posible leerlo todo, las lecturas que los demás
ofrezcan, aunque sean pequeños párrafos, dejarán el regusto de la intriga y pondrán en bandeja seguir adelante en otra ocasión.
Otras veces, ni se pasaría por la mente
leer a un autor con apariencia de serio, sin embargo, si la oportunidad de
oír un comentario a su favor se brinda, tal vez, sea el serio escritor el que ayude
a alcanzar las estrellas. ¿Qué leer? Se pregunta en ocasiones el lector
solitario que se asesora por las ventas y, sin embargo, cuántas lecturas
permanecen dormidas esperando que las despierten.
A María, en su primera tarde de tertuliana, Rayuela se le metió por
las venas. Confesó no haberla leído; que la tenía en la estantería desde hacía
varios años y que al oír mencionarla sintió una vergüenza inconfesable que le recorrió desde la raíz del pelo hasta los pies; y cuando llegó, se
dirigió al anaquel, tomó el libro en las manos y mirando perpleja el tablero
desordenado de capítulos comenzó por el 73.
- No iba a dejar a mi edad, “de otros lados los capítulos prescindibles” –dijo.
Consejo: Cinco buenas razones para leer nuevamente Rayuela
No son mías, pero en mi labor como documentalista las he encontrado de una fuente fiable, pero como estoy totalmente de acuerdo, aquí pongo un aperitivo (Capítulo 1) para invitaros a leerla de nuevo.
Consejo: Cinco buenas razones para leer nuevamente Rayuela
No son mías, pero en mi labor como documentalista las he encontrado de una fuente fiable, pero como estoy totalmente de acuerdo, aquí pongo un aperitivo (Capítulo 1) para invitaros a leerla de nuevo.
Hasta llegar a las tertulias de hoy, antes, Aspasia y Safo –en Grecia- rompieron el hielo. Más tarde, ya desde el siglo XVII, muchas damas francesas de la aristocracia y de la alta burguesía abrieron las puertas de sus salones para fines culturales, convocando a su alrededor políticos, escritores y artistas, fomentando un ambiente propicio a la intriga política y al escarceo amoroso. De finales del ilustrado XVIII son los salones de la marquesa de Rambouillet, y el de Ninon de Lenclos, célebre y hermosa cortesana a cuya casa, entre otros, acudía Molière y allí ella le inspiró el Tartufo. Ya en el XIX los salones literarios eran mucho más numerosos, destacando, sin duda, el de Marie Louise Condorcet, hija del famoso filósofo, y presidido por Marie d’Agoult, que tenía como asiduos a Vigny, Sué, Lamartine, Franz Liszt, entre otros. Y así, la costumbre de tertuliar se habría de extender a varios países europeos con vigencia plena hasta nuestros días.
- ¿Cómo siendo la mujer incitadora de encuentros culturales, tiene menos
repercusión en la historia que el hombre?
- María querida, dejásemos el sexo en paz -la digo y la remito a leer de nuevo Cómo escribir sin perder el control
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