lunes, 21 de marzo de 2016

POESÍA - HOMENAJE

PILAR DEL CAMPO PUERTA

Hoy 21 de marzo es el día mundial de la poesía por reconocimiento de la UNESCO, y como era de esperar hago aquí un pequeño homenaje a ese gran género literario.


¿Qué es poesía?
 “Ante todo sentimiento”, afirma León Felipe y añade: “La poesía ni se enseña ni se aprende, o sale de dentro, o no es nada”.

Gerardo Diego lo expresó así:
“Llevo dentro, muy dentro, palabras inefables
y el ritmo en mis oídos baila sus armonías,
mientras vagan perdidas, ciegas e inexplicables,
yo no sé qué interiores melodías”

Manuel Altolaguirre añadió:
“Tan clara que, invisible,
en sí misma se esconde,
como el aire o el agua,
transparente y oculta;
despierta no, surcada
por pájaros y peces,
herida por los árboles”.

Más pudoroso y enérgico Ramón de Garcisol escribe:


“Perdonadnos por escribir versos
………………………………….
Porque, para que seáis personas de respeto
nosotros auscultamos el viento.
Os dejamos la compasión y el dinero
y nos quedamos en cueros,
más que desnudos, en el verbo”.

Y la UNESCO asegura que "La poesía es una manifestación de la diversidad en el diálogo, de la libre circulación de las ideas por medio de la palabra, de la creatividad y de la innovación"


Y yo que en varias ocasiones, para expresar sentimientos, me he arrancado por poemas del libre verso
hago preferencia, de los muchos leídos a uno que me encanta y que quiero compartir con todos; es el  Brindis Gerardo Diego


Debiera hora deciros: -“Amigos,
muchas gracias”, y sentarme, pero sin ripios.
Permitidme que os lo diga en tono lírico,
en verso, sí, pero libre y de capricho.
Amigos:
Dentro de unos días me veré rodeado de chicos,
de chicos torpes y listos,
y dóciles y ariscos,
a muchas leguas de este Santander mío,
en un pueblo antiguo,
tranquilo y frío,
y les hablaré de versos y hemistiquios,
y del Dante, y de Shakespeare, y de Moratín (hijo),
y de pluscuamperfectos y de participios,
y el uno bostezará y el otro me hará un guiño.
Y otro, seguramente el más listo,
me pondrá un alias definitivo.
Y así pasarán cursos monótonos y prolijos.
Pero un día tendré un discípulo,
un verdadero discípulo,
y moldearé su alma de niño
y le haré hacerse nuevo y distinto,
distinto de mí y de todos: él mismo.
Y me guardará respeto y cariño.
Y ahora os digo: amigos,
brindemos por ese niño,
por ese predilecto discípulo,
por que mis dedos rígidos
acierten a moldear su espíritu,
y mi llama lírica prenda en su corazón virgíneo,
y por que siga su camino
intacto y limpio,
y por que este mi discípulo,
que inmortalice mi nombre y mi apellido,
… sea el hijo, el hijo
de uno de vosotros, amigos”.


¡Espero que te haya gustado! Continuará...

NOTA:
Recuerda que siempre hay que citar la fuente de información. Para citar este post, puedes hacerlo de la siguiente manera, por el método Harvard:

Apellido, Inicial del nombre (Año de publicación): "Título de la entrada del post del blog". Título del blog en cursiva, día y mes del post. Disponible en: URL del recurso [Consulta: día-mes-año].


lunes, 14 de marzo de 2016

MÁS SORPRESAS (continúa el relato "Nunca el silencio habló tanto")

PILAR DEL CAMPO PUERTA

La sorpresa, el suspense, el misterio forman parte de la magia de la novela. Son adornos imprescindibles para hacer que el lector se interese. Si el escritor concibe el relato de manera que al lector le asalten la curiosidad y preguntas como ¿dónde está? ¿quién es? ¿quién lo hizo? ¿qué pasará? habrá logrado un suspense –propio de las novelas policíacas o de aventuras pero no reñido con cualquier otro género novelesco- en donde siempre quedan asuntos por resolver. 


Consejo: Para que el suspense sea mayor hay que evitar dar respuesta inmediata a las cuestiones citadas alargando así el momento de desvelar los secretos:

(Si has leído todo lo anterior, pues seguir perfectamente con el relato Nunca el silencio habló tanto) 

Tras aquella cortina de humo, en conjunción con la húmeda cortina de sus ojos, Nely no pudo por menos, una vez más, que recordar a  Rita. Todo era tan igual al pasado. De repente, Nely notó algo pequeño, blando, suave y tibio en su mano, era la de una niñita de apenas cinco años, que se le había colado entre la firme de Nely buscando aún más protección. Aquella sensación le hizo recordar que en el pasado, negro todo y de irrespirable sopor, cuando abrió la mano pensando que era la de la niña, se percató que su muñeca preferida, ser inerte, se había salvado. Más hubiera valido la pena ser esa la abrasada.

Consejo: Es imposible, con una frase o un párrafo, describir el misterio. Éste ha de irse masticando según avanza el relato, y para ello nada mejor que dejar pistas.


Los acontecimientos parecían repetirse.
-          ¿Estás bien? –preguntó John.
-          Sí –respondió Nely apretando con fuerza la mano infantil.
Todo iba demasiado rápido aunque pareciese todo lo contrario. Las llamas ya empezaban a devorar un ala del colegio, por fortuna, la menos utilizada; pero el miedo estribaba en un avance inesperado hacia el laboratorio.
-          ¿Has visto a Gus? – se interesó Nely haciendo acopio de fuerzas.
-          Todavía faltan algunos por salir.
¡Dios mío!, pensó. Pero en ese instante tres encargados del centro descendían lo más rápido posible, cada uno empujando una silla de ruedas. Gus iba en una. Nely corrió hacia él sin soltar a la niña y los tres se abrazaron. En unos instantes, y pasado el peligro inminente, a la profunda y sincera unión se fueron uniendo otros. Nely y John no se abrazaron, les bastó con mirarse.
La primera vez que los ojos de Nely se cruzaron con los de John, le parecieron similares a los de Rita, siempre en el recuerdo, fruto del reflejo inesperado del haz de luz que atravesaba por las rendijas de la persiana. A punto estuvo de proferir un grito hasta que la voz masculina preguntó:
-           Te has asustado?
-       No. Era la luz que me cegaba –se excusó ella girando un poco la cara hacia la sombra.
La tarde era calurosa y aquel ala del edificio –ahora destruida- durante esas horas estaba expuesto al sol, por lo que las persianas andaban bajas dejando una penumbra fresca y lánguida en el ambiente.  Cierto era que la luz la cegó, pero también la presencia de John al que nunca antes había visto, pero del que tenía unas magníficas referencias; tan alto, tan elegante, tan distinto al resto… Le habían recomendado que hablara con él para poner en práctica una actividad nueva, pero a mes y medio de su estancia en el centro, aún no habían tenido ocasión de cruzarse, y ahora al tenerle delante, con esa luz impertinente que le iluminaba el rostro; rostro que esbozaba una sonrisa; sonrisa que infundía confianza; la misma que Nely necesitaba para articular palabra tras el sobresalto pueril.
-          Yo venía…
-          Pero no te quedes ahí de pie, siéntate.


María intervino:  ¿Y para qué tenía que verle con tanta urgencia?
 - No tengas prisa mujer, dije yo, ya lo sabrás.


Si hubiera saciado la curiosidad de María sobre el relato que había comenzado “in medias res” (hacia la mitad), utilizando de continuo el “flashback” (narrando a saltos hacia atrás), y me hubiera lanzado al “flashforward” (adelantar acontecimientos), la historia podía tenerse por concluida, y el espectáculo debe proseguir.


¡Espero que te haya gustado! Continuará...


NOTA:
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